Maria Paola Coda
Maria Paola Coda
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.
Pintura abstracta de Maria Paola Coda titulada 4937, con una transición de tonos amarillos, verdes y rosados en la parte superior hacia rojos, marrones y negros en la parte inferior.

Esta obra de arte está disponible en Villa del Arte Galleries.

www.villadelarte.com

4937 – Pintura abstracta contemporánea de Maria Paola Coda

La obra 4937 de Maria Paola Coda se despliega como un campo de energía cromática en el que la luz y la materia dialogan en equilibrio. En la parte superior, una gama de amarillos, verdes, azules y sutiles toques rosados genera una atmósfera vibrante y etérea, casi solar. Esa luminosidad se transforma progresivamente hacia la base del lienzo, donde predominan los tonos rojizos, marrones y negros, cargados de densidad y profundidad.

El tránsito entre ambas zonas no es abrupto, sino una gradación orgánica que refleja la forma en que la artista trabaja con capas superpuestas de color, creando veladuras que respiran y se entrelazan. Esta técnica otorga a la superficie una textura viva, en la que cada matiz parece surgir desde el interior del lienzo.

4937 evoca una experiencia sensorial antes que una representación: el espectador se enfrenta a un espacio que sugiere luz, calor y gravedad, como si el cuadro condensara una atmósfera en transformación. Los tonos superiores transmiten esperanza y expansión; los inferiores, quietud y arraigo. Juntos construyen una composición que vibra entre lo espiritual y lo terrenal.

Esta obra se inserta en la línea de investigación pictórica de Maria Paola Coda, centrada en la relación entre color, tiempo y percepción. A través de un lenguaje abstracto y esencial, la artista crea superficies meditativas que invitan a detenerse, observar y sentir. 4937 no solo es una pintura, sino una experiencia visual que une el resplandor del cielo con la profundidad de la tierra.