DECLARACIÓN DE ARTISTA
La pintura de Maria Paola Coda se sitúa en el territorio donde la materia se convierte en pensamiento y la emoción en forma. Su obra explora los límites de lo visible y lo invisible, inspirándose en las atmósferas cambiantes de la naturaleza: la vibración de la luz, la textura del aire, la profundidad de un color que parece contener tiempo. En sus lienzos, el paisaje no se representa, sino que se respira, y el gesto pictórico se transforma en una forma de lenguaje interior.
Inspirada por la naturaleza —sus atmósferas, sus texturas, la inteligencia de la luz y la profundidad del color—, Coda traduce en pintura los ritmos esenciales del mundo orgánico. Cada capa, cada veladura, cada grieta de materia revela un diálogo silencioso con el tiempo. La naturaleza no es un motivo, sino una presencia vital, una maestra de procesos, transformación y equilibrio. Sus obras parecen surgir del mismo flujo orgánico que rige la vida: acumulación, transformación, equilibrio y pérdida.
Su práctica se articula en torno al concepto de lo sublime: ese instante en que lo humano se enfrenta a la infinitud, a lo inabarcable, y experimenta una mezcla de asombro, belleza y vértigo. En sus cuadros, la tensión entre control y abandono, entre orden y caos, da lugar a una pintura que no representa, sino que evoca. No busca respuestas, sino que propone una experiencia interior, un espacio poético donde el espectador pueda respirar y sentir.
El proceso creativo de Coda es lento, meditativo y matérico. Trabaja con pigmentos y veladuras que se superponen en capas, generando superficies que parecen respirar. La materia se convierte en memoria y la luz en pensamiento. Cada obra es un fragmento de vida detenido, un lugar donde lo visible y lo invisible se reconcilian.
Los títulos de sus obras, siempre números primos, son una extensión poética de esta búsqueda. Los elige por su singularidad irrepetible, por su condición de entidades indivisibles que existen en soledad dentro del orden matemático. Cada número, como cada cuadro, encarna un estado anímico único e irrepetible: una vibración emocional que no puede reproducirse.
En el universo pictórico de Maria Paola Coda, la materia respira, la luz se convierte en memoria, el color en lenguaje interior y el silencio en pensamiento. Su pintura no pretende explicar el mundo, sino ofrecer un lugar donde detenerse y experimentarlo. Frente a cada obra, el espectador se enfrenta a una experiencia íntima y atemporal, donde lo visible y lo invisible se reconcilian en un mismo gesto.
Copyright © 2025 Maria Paola Coda. Todos los derechos reservados.
Financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU
Copyright © 2025 Maria Paola Coda. Todos los derechos reservados.
Financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU